MUA!!!

Últimamente le estoy dando bastante envidia a la peña. Me tiré un lujo en mi curro y me ha salido una temporada de trabajar en casa.

Y curro mucho ...... hoy de cinco a cinco, pero es otro concepto. Esta mañana, por ejemplo, le contaba a una piba que estaba como loco por terminar unos papelotes y no sé cómo se me ha escapado que estaba haciendo pan -¿cómo, pero no decías que estabas currando a vida o muerte? -sí chica pero el pan se hace solo :)) cómo se estaba en el patio de mi kel esta mañanita de primavera!!!! a ver si me acuerdo mañana y le saco unas fotos al romero y a un endrino chiquito que tengo...preciosidades de flores!!

Pues eso, que mientras le explicaba mentiras a mi jefe en un papel me ejecuté estos pancitos de harina blanca -calidad Cercedilla- con masa madre de otro pan que hice antes de ayer.

Debían ser pan y pana -o...en fin!! porque se me dieron un besito en el horno...el calor hace milagros con el amor.

Sólo llevan masa madre, harina, agua y sal y han fermentado: primero tres horas en bol de acero inox. dentro de una bolsa de plástico -no sé si la marca será importante: en mi caso hipercor ;) y otras tres en cestos de chino rellenos de retales de lino...no me extraña que no me salgan los panes con tan poco aparataje, je, je, je, je!!

Ahora que he aprendido a hacer las cortezas crujientitas la verdad es que me da más risa hacer pan, de hecho me parto el pecho en según qué circunstancias, ahora por ejemplo :)))

No fue un camino fácil. Me leí esta vaina y esta otra -joer no sé muy bien que carajo pintan los japos en esto de hacer pan!!! la verdad es que con poca convicción, que lo mío con los pontificados viene de lejos.

Y al final la cosa vino medio por casualidad.

La primera mitad de la casualidad fue hacer pan con Carmen. Tuve oportunidad de ver cómo mojaba los panes dentro del horno, con la misma técnica que usé yo para dejar el cuero del cochinillo, que nos comimos, crujiente.

La segunda parte del cuento fue como el man aquel que se enteró de que el ácido colocaba porque se le traspasó por la piel desde un bolsillo mientras montaba en bicicleta....más que una vuelta en bici debió ser la ascensión a la luna o a los cielos -según el iluminado que lo cuente.

En uno de mis despistes, generado -probablemente- por el consumo compulsivo de ciertos productos controlados, ahí me dejé el horno apagado con el pan dentro mientras estaba -yo- subido a un bonito guindo. Como estaba tan de aquella manera me pasó lo habitual: me caí del guindo y me acordé del pan.

Puf!! cuando lo fui a sacar -además tenía visita- ya iba pensando en salir de naja -fácil- a pillar un par de panes para hacerlos pasar por míos -difícil, porque tengo una técnica de panificación tan poco elegante que nadie se lo tragaría....esa operación sólo la consiguió Helen Mirren en las chicas de calendario ;)

Pero hete ahí que el pan, contra todo pronóstico, estaba cojonudo; los aprox. quince minutos que había estado dintre del horno apagado habían conseguido ese secreto tan bien guardado por Mò la divina. La corteza había ganado en grosor y en vez de blandengue estaba crujiente y en un pan con mucha miga, diría que con toda la miga....lo nunca visto camaradas.

Creo que voy a dejar de hacer pan, es una fuente continua de desasosiegos y frustraciones. Con éste del besito MUA!! ;) me despido...al menos me ahorré la pasta de los canastos de fermentar ja, ja, ja, ja, ja!!!!

Me voy jalando que a mi novia le ha pillado el coche de Laplace -que no tiene ni puta idea de manejar- hasta otra....ja, ja, ja, ja, ja!!!

Bss.