Las señoras hormiguitas, se han levantado con mucha hambre y sed de su inviernito, aquí en la foto se están regodeando en las semillas de las chirivías que me tengo que comer en los cociditos de este invierno.

Y no contentas con eso, se han traído a la fiesta a sus
coleguis los pulgones, para que les inviten a copas, y estos guarretes se han puesto a tener niños en mis judías verdes ......

y en mis coles, que, aunque no son gran cosa, las he cuidado desde pequeñas y me las quiero
papear como Saturno se
papea a sus hijos.

Y por si fuera poco, como siempre que hay fiesta de bichos, aparecen los trips que en vez de vender ídem para que todo el mundo la pase bien, se dedican a hacer tunelitos en mis guisantes.

Y yo, señoras hormiguitas, tengo algunas plantitas, muy queridas por mis amigos, que cuidar hasta el próximo otoño y no puedo permitir que invitéis a todos vuestros coleguitas a mi huerto por lo que voy a tener que ........

.... fabricar algunos venenos para cargarme a vuestros amiguetes de más de cuatro patas y además lo voy a poner aquí para aviso a navegantes.
Esto que se ve aquí no es ni cervecita, ni pis, es dinamita pa los pollos o una manera ecológica, en lo básico, de cargarse a los bichitos sin ponerte tu morao de pesticidas sistémicos, del Carrefour o del Leroy Merlin, cuando te metes los tomates para el body.
Es jabón de potasa o jabón negro o jabón mou (blando, suave) que le dicen los franceses que además de tener un dorado precioso cumple una segunda función de librarme de parte de mis excedentes de aceite de fritanga usado.
Ya llevo tiempo haciendo jabón pero todavía no tiene una visualidad muy clara como para ponerlo aquí y además estoy perfeccionando el proceso de fabricación...en plata... es que no me sale siempre igual porque no apunto la receta y como lo hago tan de tarde en tarde pues se me olvida :)) aunque también he de decir que gracias a algunos procesos de refinado que aprendí en un viaje a Marsella hace ya algún tiempo, hay, en Madrid, algunos bajos en perfecto estado de revista gracias a mi jabón de tocador perfumado con canela (ummm!!! bajos con aroma a torrijas el sueño de cualquier gourmand o gourmande).
Este es de los primeros jabones que se inventaron lo homínidos. Si os acordáis de la peli La joven de la perla (Scarlett...nunca podré olvidarte!!) es el jabón blando y dorado que usaba la criada de la perla para hacer la colada en un caldero de cobre.
Yo sin ser tan mayor como Vermeer, me acuerdo, siendo cani, de oír hablar a personas mayores sobre el jabón y la lejía que hacían con ceniza cuando vivían en el pueblo. Y es que, el hidróxido potásico se obtenía -y se obtiene si te pones a ello- pasando agua a través de cenizas blancas de lumbre de madera. Ahora es más fácil ir a la calle Desengaño a comprar la sosa potásica, pero si algún día siguen apretando con las hipotecas una alternativa para ir con las camisas blancas puede ser hacerte tú mismo tu sosa.
Además el jabón de potasa, como bien sabía la jefa de Scarlett Johansson, es mucho mejor que el de sosa para lavar los textiles y no tiene ni punto de comparación con los jabones comerciales a base de fosfatos (los detergentes habituales para lavar a máquina) que además de ser una m. que no quitan ni una mancha de grasa son muy poco biodegradables.
Pues además de todas esas maravillas, también, es un magnífico insecticida para el huerto; es inocuo para personas y animales (hasta cuatro patas) y está permitido en los decretos de agricultura ecológica. Es eficaz para lo más habitual: araña roja, pulgones y trip.
Como todas las cosas se vende preparado y a precio de oro por unos hippies con mucho morro que hacen cosas de agricultura ecológica en su casa, le ponen bio al nombre y te cobran multiplicado por 37. Alguien debería poner orden en la movida ecológica porque se pasan varios pueblos con los precios y las calidades.
La fabricación no es para niños, pero tampoco es un prodigio de la industria química; aquí la voy a poner aproximada y de memoria para que os hagáis una idea pero si alguien quiere saber más me lo dice y vemos qué.
Para llenar de jabón un cartón de leche como el de la foto se necesitan unos 500 gr. de aceite de oliva usado (que es algo más de medio litro), 100 gr. de sosa potásica (no sódica, potásica), medio litro de agua y un vaso de vino de alcohol de farmacia.
Todos estos asuntos de la sosa tienen su aquel por lo que hay que estar bien preparados de guantes, gafas protectoras, papel de periódico, cuerdas para atar a niños y/o a gatitos/perritos para que no estén por medio y sobre todo mucha, mucha, mucha, precaución.
La manera de hacerlo es así:
en una jarra con el agua se echa la sosa poco a poco (a cucharadas con una cuchara siempre seca) y se remueve hasta que se haya disuelto completamente (esta reacción provoca calor y gases por lo que no estés muy encima)
preparas cacharros para hacer un baño maría (en todo el proceso está prohibido el aluminio) mejor si es al vapor y pones el aceite a calentar, lo más colado que puedas para evitar los trozos de calamar que pueda tener
cuando el aceite está templado (lo puedes templar en el micro para ahorrar tiempo) le viertes poco a poco la sosa disuelta y meneas con un palo para revolver bien
una vez incorporada toda la sosa, le echas el alcohol; la misión del alcohol es emulsionar la grasa (que haga espuma) para acelerar la reacción de saponificación y no es imprescindible aunque si no lo haces a lo mejor te pegas toda la tarde meneando el palo; con el calor del baño maría la espuma sube como cuando hierve la leche con lo que no puedes perder de vista el conjunto, cuando suba retiras del fuego el baño (atención a la inercia térmica del baño de la señora maría) y cuando baje lo vuelves a poner
el truco es hacer todo el tema del meneado con una batidora eléctrica con la cuchilla de cortar (con la que harías un puré de verduras no con las varillas) y con tiento porque como te pases de meneo quemas el motor de la batidora
si la cosa va bien en unos 25 minutos deberías tener el jabón el jabón listo; vas a notar que está listo cuando tenga una textura parecida a la de una leche condensada muy espesa o una mayonesa de frasco o así y además el espesado se produce de manera súbita en una vuelta de palo está casi líquido y dos después puedes dejarlo [el palo] vertical en el jabón
con las cantidades que he puesto y la evaporación te debe salir cerca del litro de jabón, así que con una espátula de plástico llenas el brick y lo dejas reposando y resguardado del frío (una nevera de campo es un magnífico lugar) por unos cinco o seis días y ya se puede usar
Se usa disolviendo 40 gr. de jabón en un litro de agua y después rebajado al 1%, es decir un litro de jabón con agua en 100 litros de agua. La aplicación es sencilla simplemente a un spray y se pulveriza bien toda la planta, sobre todo en el envés de las hojas.
El producto tiene la virtualidad de que también es fungicida (contra los hongos de las plantas) y, además, se puede mezclar con otros productos para incrementar el poder insecticida, por ejemplo con nicotina que, aunque de un tiempo a esta parte está prohibida en la agricultura biológica por motivos ideológicos, es un poderoso producto para matar bichitos.....tarde o temprano les da cáncer de pulmón ja, ja, ja, ja!!!
El coste total de la operación es de unos 3 euro (sin contar las horas de trabajo del titulado superior que ejecutó la receta, que uno tiene estudios) con los tres euros sacas como un kilo de jabón, o sea: para preparar 25 litros de solución comercial de jabón negro insecticida que a su vez puedes diluir en 100 litros de agua, o sea, de nuevo, para preparar 2.500 lt. de insecticida.
El precio que te cobra el hippie por 250 ml. (cuarto de litro) de "oleatbio" en un frasco donde el inteligente pone que se trata de sales potásicas de ácidos grasos (o sea, 3, jabón de potasa) es 6 euracos.
bss